8 de agosto de 2017

A black-and-white photo of former Herman Miller CEO Max De Pree.

Max De Pree, líder corporativo y cívico, publicó análisis elocuentes y emotivos sobre las cualidades del liderazgo, que hicieron que su influencia trascendiera la empresa que dirigió y el mundo corporativo en el cual se distinguió dicha empresa. Como director general de Herman Miller, Inc., mantuvo a la fábrica de mobiliario de oficina de Zeeland, Michigan, a la vanguardia de las empresas innovadoras, progresistas y compasivas. Bajo su dirección, la empresa casi triplicó sus ventas y, con frecuencia, fue citada como "la más admirada" por la revista Fortune.

Herman Miller figuró regularmente en las listas de las "mejores empresas donde trabajar" de los Estados Unidos, en parte debido a la promoción de los programas innovadores de empleados de De Pree, como “Silver Parachute” (programa diseñado para proteger a todos los empleados en caso de una adquisición hostil), la participación en las ganancias y la titularidad de acciones de los empleados.

Former Herman Miller CEO Max De Pree leans on a chair in Herman Miller's Design Yard facility in Holland, Michigan.

Los libros y conferencias de De Pree atrajeron la atención mundial a sus análisis originales y claros sobre el liderazgo comercial, cívico y personal. El primer libro de De Pree, Leadership Is an Art, recibió elogios críticos casi sin precedentes de personas tan diversas como el filósofo de la administración Peter Drucker, el presidente Bill Clinton y el empresario Sam Walton. Elogiado por sus reflexiones humanitarias y espirituales, el libro fue descrito por el Washington Post como "lo suficientemente pequeño y conmovedor como para llevar encima como un libro de plegarias y, en algunos aspectos, lo es".

De Pree realizó reflexiones originales con simplicidad y elocuencia, tales como: "La primera responsabilidad de un líder es definir la realidad. La última es expresar su agradecimiento". De Pree promovía el "capitalismo inclusivo", basado en el "concepto de las personas" arraigado en la fe cristiana.

En 1992, De Pree publicó un segundo libro sobre liderazgo, Leadership Jazz, cuyo título surgió de la observación de De Pree de que "el jazz, al igual que el liderazgo, combina la imprevisibilidad del futuro con el talento de los individuos". De Pree también fue autor de otros tres libros, Dear Zoe, Leading Without Power  y Called to Serve. Los libros de De Pree han vendido más de un millón de copias y se han traducido a más de una decena de idiomas.

Nacido en Zeeland, Michigan, en 1924, Max De Pree se graduó de Zeeland High School y asistió a Wheaton College antes de enlistarse en el Ejército estadounidense en 1943. Su servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial consistió en un año y medio en el Tercer Ejército del Teatro Europeo, y estudió en la Universidad de Pittsburg, Haverford College y en la Sorbona. Cuando se le dio de baja, De Pree ingresó a Hope College en Holland, Michigan, donde se graduó con una Licenciatura en Filosofía y Letras.

En 1947, se incorporó a The Herman Miller Furniture Company, un pequeño emprendimiento familiar que su padre adquirió y dio un nuevo nombre en 1923. A principios de su carrera, De Pree se interesó por la arquitectura, mientras trabajaba con Charles Eames en el diseño de una casa en 1954 y con George Nelson en 1958 en las oficinas corporativas de la empresa. Luego de desempeñarse en distintos puestos en operaciones, ventas y marketing, se trasladó a Europa para administrar las operaciones europeas e internacionales en 1968, y para dirigir la construcción de las plantas de la empresa en Bath y Chippenham, en Inglaterra. Luego, De Pree dirigió Herman Miller, Inc. para trabajar estrechamente con destacados arquitectos y construir plantas corporativas ampliamente aclamadas.

En 1981, American Institute of Architects condecoró a la empresa con la medalla de oro AIA por su "dedicación a la excelencia del diseño". En 1991, la sede de Los Ángeles de American Institute of Architects le otorgó a De Pree su galardón presidencial conmemorativo, y lo nombró miembro honorario de la sede de Michigan de esa institución.

En 1971, De Pree fue elegido presidente del directorio de Herman Miller. Bajo su liderazgo, el directorio empezó a incluir a personas de numerosas disciplinas y se volvió un grupo verdaderamente diverso y profesional. En 1980, De Pree se convirtió en director general y abogó por la participación e "inclusividad" en Herman Miller, dos cualidades por las cuales se admiró mucho a la empresa.

De Pree obtuvo siete títulos honorarios y se desempeñó en los consejos de Hope College y el seminario teológico Fuller en Pasadena, California. Luego de 40 años en el consejo Fuller, la institución educativa fundó la organización Max De Pree Center for Leadership en 1997 en su honor. En 1992, fue elegido para el salón nacional de la fama de los negocios por la revista Fortune. También se desempeñó en el consejo asesor de la Fundación Peter Drucker.

Una vez, cuando un analista financiero le preguntó qué problemas enfrentaban Herman Miller y sus líderes, De Pree respondió: "la intercepción de la entropía". Consideraba que el deterioro corporativo era una amenaza constante, signada por "una tensión oscura entre las personas clave", "los manuales", "los líderes que confían más en las estructuras que en las personas", "la pérdida de gracia, estilo y urbanidad" y "la falta de respeto por el idioma inglés".

En sus charlas a grupos de University of London Business School, American Institute of Architects y estudiantes de Aquinas College de Gran Rapids, Michigan, De Pree destacaba la importancia de la historia de la organización, la innovación y la necesidad de que los líderes fueran "vulnerables" al talento de otras personas, y la "autenticidad de los individuos". También se interesó en el tutelaje, escribió al respecto, y fue tutor de líderes empresariales, religiosos y de organizaciones sin fines lucrativos. Escribió "creo en la relación de dar y recibir como la forma más eficaz de guiar a las personas con talento de liderazgo hacia su potencial" e "intenten recordar que el tutelaje es un proceso de conversión y no una marcha sin obstáculos hacia la perfección".

Lo han sobrevivido su mujer, Esther, su compañera indispensable, sus hijos, Charles y Kris, sus hijas, Jody y Nancy, los cónyuges de estos, 23 nietos y 13 bisnietos.