Productos de Carol Catalano

Cuando Carol Catalano tenía siete años, pasó seis semanas en cama con fiebre reumática. “Para que me entretuviera, mi padre me entregó varios libros sobre dibujos —recuerda— y eso me abrió un mundo completamente nuevo”. Fue ahí cuando decidí que quería hacer algo creativo en mi vida.

Su interés creativo encontró su enfoque cuando ingresó a la Rhode Island School of Design (RISD) luego del bachillerato y descubrió el diseño industrial. “Después del primer proyecto, supe que había encontrado el trabajo para toda la vida”, dice.

Catalano dice que la capacitación que recibió en la RIDS le aportó una dimensión totalmente nueva a su creatividad. “Tenían un enfoque muy práctico, entonces trabajé con diversos materiales en el taller de máquinas y la carpintería”. De hecho, esa capacitación práctica demostró ser muy valiosa cuando trabajó en su taburete Capelli. “Uno de los requisitos para la International Furniture Design Competition en Asahikawa (Japón) era crear un prototipo en tamaño real —dice Catalano— y eso fue lo que hice, en mi garaje”.

Su esfuerzo se plasmó en buenos resultados: Su taburete obtuvo el premio Plata en la prestigiosa competencia en 1999, uno de los solamente ocho premios otorgados y el único diseño estadounidense seleccionado entre más de 700 inscritos de todo el mundo.

“Me gusta darle una expresión artística a todo lo que aprendí y siempre estoy buscando distintas maneras de ‘intercambiar ideas y métodos’”.

- Carol Catalano

Catalano aplicó su talento creativo en una amplia variedad de productos desde que fundó su empresa en 1987; sus proyectos de diseño actuales van desde fundas para transportar instrumentos musicales hasta bocinas de audio de vanguardia y otros equipos electrónicos.

Aprender sobre nuevas industrias es uno de los aspectos que le resulta más desafiante y estimulante de su trabajo. “Me gusta darle una expresión artística a todo lo que aprendí y siempre estoy buscando distintas maneras de ‘intercambiar ideas y métodos’”. El otro día, por ejemplo, me encontré con un proveedor de termoplásticos y me estaba mostrando los gránulos de elastómero en su estado natural, antes de que se fundan y se moldeen a inyección. Mi reacción inmediata fue pensar, ¿cómo puedo usar estos gránulos en otras aplicaciones?”

A Catalano le gusta correr los límites actuales de su campo y ha expresado su compromiso de pensar mucho más en la experiencia del usuario final en todos sus diseños. “Es muy diferente a cuando comencé”, dice. “Antes solo se trataba de crear un buen diseño. Ahora lo primero en lo que debemos pensar en cualquier proyecto es en cómo simplificar y enriquecer la vida de las personas”.

Con la energía y el entusiasmo que muestra por su trabajo, resulta claro que Catalano ama la carrera que eligió. Cuando no está trabajando en su oficina, ella y su esposo (arquitecto) disfrutan de la práctica de windsurf en una pequeña isla alejada de la costa de Venezuela, y del tiempo que pasan con sus gemelos.